En cierto momento, el tiempo deja de ser infinito y se nos cuela entre los dedos. Seguir al conejo blanco es una oscura tentación. Cada fase de la vida tiene su punto, aunque no es fácil pillárselo siempre. ¿Dónde quedaron las tardes de juego, las conversaciones encendidas, la promesa de la amistad eterna, la risa floja frente a un inocente futuro? La piña que éramos, ahora la llamamos círculo. Se adaptó igual que ese tiempo que pasó de gaseoso a líquido, que se escurre por las rendijas de nuestros días. Un círculo que amenaza con desaparecer si no tomamos conciencia de su importancia, pero que nos aporta mucha sal si lo cuidamos. El Círculo es un espectáculo de circo que pone la idea de amistad y los cambios de etapa en el centro de la mirada, la cabeza y el corazón. Música, acrobacia y movimiento para compartir sensaciones sobre cómo sobreponer nuestras relaciones en una sociedad fluida y volátil en la que estamos rodeados de fascinantes trenes que nos quieren llevar a toda velocidad a lugares que, en el fondo, ni nos interesan ni nos convienen.